La columna vertebral de todo medio de comunicación la
constituyen sus editoriales, es decir los principios y opiniones que sustentan
y defienden sus editores. En el caso de “Oiga”, la sección editorial tuvo
siempre una expresión clara y rotunda, no solo enjuiciando sino dando
alternativas. La búsqueda de los ¿por qué? Siempre preocuparon a Igartua y sus
colaboradores, sin dejar de lado –por supuesto- el ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?,
¿dónde? y ¿cuándo? que configuran al buen periodismo. Las palabras, como las
promesas, suelen ser efímeras en boca de algunas personas; los editoriales de
Oiga, en cambio, permanecen aún incólumes, vigentes, con la plenitud de su
carga testimonial para incomodidad de muchos protagonistas de la escena
política, porque si bien Igartua ya ha muerto su palabra aún vive.